Nuestras Cartas https://www.nuestrascartas.org/es/ O que está acontecendo no Chile Fri, 28 Oct 2022 20:43:32 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.8.9 https://www.nuestrascartas.org/wp-content/uploads/2021/12/cropped-favicon-32x32.png Nuestras Cartas https://www.nuestrascartas.org/es/ 32 32 Alondra Carrillo https://www.nuestrascartas.org/es/alondra-carrillo/ https://www.nuestrascartas.org/es/alondra-carrillo/#respond Mon, 19 Sep 2022 22:35:46 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1644 “De eso se trata este proceso: esas biografías encontrándose y teniendo la posibilidad de sentir esperanza de nuevo (...)”

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¿Qué ha significado en concreto para usted llegar desde un movimiento social a la posibilidad de escribir una nueva Constitución? 

Era algo que no me imaginaba posible. Por supuesto que para nosotras, la aspiración y decisión política de desbordar el proceso constituyente estaba arraigada en una profunda confianza en esa potencia del movimiento social para hacerlo, lo que se vio edificado en la realidad, contra todo pronóstico. Pero hay una distancia entre asumir que el movimiento social tiene esa potencia y asumir que personalmente me toca una tarea, un trabajo específico. No solamente un trabajo específico sino también una responsabilidad política e histórica que es sumamente grande. Para poder lidiar con esa enormidad imprevista de la tarea histórica que tenemos por delante, mi posición personal es siempre mantener la brújula instalada en los espacios colectivos que me han hecho llegar acá. Mantener ese vínculo, esa relación permanente, esa tensión que nos hace pensar todo el tiempo, cómo hacerlo para que esta voz, que puede ser una voz personal o individual, sea una voz que se hace cargo de una multitud. De una colectividad. De una colectividad organizada y que tiene una voluntad colectiva. 

¿Cómo ve ese mismo desafío que dice que es suyo, para el resto de los sectores políticos de la Convención Constitucional?  

No está dado para nada que la relación entre quienes ostentan cargos de representación elegidos dentro del sistema electoral actualmente vigente tengan una conexión con espacios vivos, sociales, que constituyan su terreno de mandato, eso no es así hoy en la institucionalidad neoliberal. Que hayamos quienes tenemos esa relación, esa conexión, ese mandato, es una cuestión que ocurre a contrapelo de la inercia política neoliberal. Y de lo que se trata aquí es de sentar las bases para que eso pueda convertirse cada vez más en una realidad que desborde los términos en los que los partidos de los últimos 30 años han administrado la actividad cotidiana del Estado. 

¿Cómo han sido esas conversaciones con los otros sectores políticos? 

Especialmente para las feministas, la conversación ha sido una posibilidad de abrir canales de diálogo y de reflexión política con sectores con los que habíamos estado lejos o no nos habíamos necesariamente encontrado tanto. Compañeras organizadas en partidos políticos, que son feministas, por ejemplo. Ha sido un aprendizaje muy significativo, una apertura que nos ha hecho también explorar entre la diversidad de nuestros lenguajes, la posibilidad de un lenguaje común, la posibilidad de un terreno común, de preocupaciones, de problemas, de asuntos políticos, de desafíos políticos que estamos llamadas en este contexto a debatir juntas y a pensar juntas. Para mí ha sido una cuestión tremendamente desafiante y significativa también. Hemos dado también algunas disputas importantes dentro de la Convención en esta misma clave y ha sido muy esclarecedor también el poder dar esas discusiones con compañeras que vienen de otras trayectorias y no solamente aquellas que vienen de la militancia en partidos políticos, sino también aquellas que vienen de trayectorias que son ajenas a la militancia, que vienen de otras biografías. Eso también requiere explorar otros lenguajes, mucho más cercanos a las vivencias personales, a la construcción de confianzas íntimas, a la posibilidad de poner en común los dolores y esas marcas biográficas que nos hacen reconocernos. Esa ha sido, yo creo, la clave de esas discusiones y diálogos inéditos para nosotras.

¿De qué forma se podría incorporar el feminismo en la nueva Constitución?

El feminismo que nosotras hemos levantado tiene su propio programa. Cuando decidimos levantar la huelga general feminista, decidimos que iba a ser una huelga para hablar de todo, no solamente de aquellos temas que nos dicen que son los temas de las mujeres. De modo que llegamos a este momento con un programa que es bastante transversal. Es transversal en los ámbitos que toca, porque muestra el programa feminista que existe y que se desarrolla al interior de cada ámbito de disputa del movimiento social. Pero también tiene que ver con una batería de derechos sociales desde una perspectiva feminista, tendientes a la transformación de las relaciones de género que sostienen las dinámicas de violencia, subordinación y exclusión, a la superación del neoliberalismo como una aspiración feminista también. Y hoy también es la pregunta por un orden político, por un orden institucional que le pueda poner fin a la política sexual neoliberal, que nos ubica en un rol de subordinación al mandato de la maternidad obligatoria, a la división sexual del trabajo y que pueda abrir camino a una modificación sustancial de la política del Estado y de la democracia. Que ponga en el centro la vida de las mujeres y de las disidencias sexuales y de género. 

¿Qué consecuencias cree que ha tenido la paridad en la dinámica diaria de la Convención Constitucional?

Tenemos una tarea de la que habíamos sido excluidas sistemáticamente y eso muestra uno de los efectos más notables de la paridad, que es mostrar que las mujeres somos personas y que tenemos diferencias; y que por tanto tenemos apuestas y comprensiones distintas de la política, miradas distintas de las cosas y también tenemos la posibilidad de arribar a acuerdos, que son el resultado del debate y la deliberación política que ahora tomamos en primera persona, donde tomamos la palabra. Creo que ese es el efecto más relevante que ha tenido la paridad dentro de este órgano deliberativo y democrático y sin embargo, por supuesto que la paridad no resuelve la inercia histórica patriarcal. Nuestra Convención es paritaria, la primera paritaria del mundo y eso tiene un efecto positivo en términos de el lugar en el que quedamos para enunciar los proyectos políticos que vinimos a defender, pero no altera enteramente las dinámicas del poder, que siguen concentrando cierto monopolio de las decisiones políticas en los varones. Hay una división sexual del trabajo también, una división sexual de la representación, de las dinámicas que se dan en contextos informales, que son sin embargo contextos sumamente relevantes para la toma de decisiones políticas, pero creo que la paridad también permite mostrar aún más la naturaleza de esas complicidades patriarcales. Como una cuestión contra la cual la democracia tiene que ir progresivamente luchando. 

¿Pero ha visto machismo en la Convención, concretamente?

Es que hay machismo en todas partes. Un órgano paritario no está exento de machismo. No está exento de violencia patriarcal, no está exento de dinámicas de exclusión, de dinámicas de complicidad masculina, no está exento de formas patriarcales de la organización de la palabra y del poder. 

¿Qué tan posible cree que es llevar la paridad hacia otros órganos del Estado a partir de la nueva Constitución? 

Creo que lo hemos hecho posible y lo vamos a seguir haciendo posible desde el feminismo. Si hoy la Convención es paritaria, eso es gracias al feminismo, gracias al feminismo se han instalado concepciones y conceptos del quehacer democrático que obligan a las instituciones a reconocer la opresión de género como una cuestión estructurante del orden social. Y la necesidad de que la institucionalidad que estamos construyendo, democráticamente, pueda proponerse el compromiso histórico de revertir esa exclusión histórica. Yo creo que no solamente es posible, sino que será indispensable que de una Convención paritaria, que pueda ser un momento del despliegue de la tarea de desmontar la institucionalidad neoliberal, emerja una institucionalidad sustentada en una democracia paritaria. Es la tarea histórica. 

¿Ha tenido alguna dificultad como constituyente en estos meses?

Creo que debo ser una de las convencionales constituyentes más afortunadas, en el sentido de que soy de Santiago, por lo tanto no he tenido la dificultad que suponen los largos desplazamientos y agotadores desplazamientos a la capital, no soy madre, no cuido, directamente. He tenido por supuesto algunas dificultades personales, mi madre tiene cáncer y producto de la dinámica de trabajo de la Convención he tenido que verla muy poquito. Ya no puedo cuidarla, como lo hacía antes, pero sin embargo creo que esas dificultades han sido contrapesadas por el hecho de tener un equipo muy robusto y tener un soporte político y emocional muy significativo. Muy relevante. Mis compañeras y compañeros de las asambleas territoriales del distrito, de las organizaciones del distrito y de la Coordinadora Feminista 8M tienen una noción compleja de la política, de lo que significa la dificultad política, de modo que no solo se atienden mis necesidades, por así decirlo, más formales, sino que lo que supone en términos complejos el despliegue político. Eso ha permitido que incluso cuando se han presentado algunas dificultades, las he podido enfrentar, porque tengo un sostén colectivo que es fuerte y es feminista.

A pesar de las dificultades que puede tener y pueden tener sus compañeras, ¿cuáles cree que son los aportes que están haciendo las mujeres de la Convención al mundo democrático?

Las compañeras que han decidido estar acá, cuyos trabajos sostienen la vida de sus familias o de sus comunidades, han permitido operar un quiebre conceptual, que asume que la política tienen que hacerla ciertas personas con un perfil muy específico:  personas con un perfil donde tienen tiempo para poder reunirse a las 3 AM un día de semana, donde hay una disponibilidad total, plena, que solamente es posible porque hay otras que sostienen la vida. ´Por supuesto que esto no cambia de un día para otro, la Convención tiene una tendencia a seguir funcionando de esa manera, pero la presencia de esas compañeras, su presencia política y la palabra que han puesto una y otra vez para visibilizar esos condicionamientos de la actividad política, los condicionamientos que hacen posible la actividad democrática, creo que han sido uno de los cambios conceptuales más relevantes respecto de quiénes hacen política y en qué condiciones. 

¿Qué es lo que más le inspira del proceso de la Convención Constitucional?

Creo que lo que más me inspira o me emociona del proceso son todas esas trayectorias biográficas que se están poniendo en juego hoy en esta aspiración popular que hizo posible la existencia de la Convención siquiera. Es poder encontrarnos con esas trayectorias biográficas, que son múltiples, que han sido invisibles durante tanto tiempo y han estado ahí, alimentando un fuego que ha cocinado muy lentamente este deseo, el deseo que hoy día está desplegándose y poniéndose en juego. Creo que eso ha sido lo más emocionante, escuchar en nuestro territorio a compañeros, compañeras, compañeres, que llevan, no sé, décadas de lucha silenciosa, décadas de dolor también, de rabia, de desamparo, desesperanza, y que hoy día, por lo menos para mí, han sido encuentros imborrables. De eso se trata este proceso. De todas esas biografías encontrándose y teniendo la posibilidad de sentir esperanza de nuevo, que es algo que mucha gente no se había permitido sentir.

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Vanessa Hoppe https://www.nuestrascartas.org/es/vanessa-hoppe-41-ex-constituyente-de-movimientos-sociales-es-feminista-abogada-y-fue-coordinadora-de-la-comision-de-sistemas-de-justicia-en-esa-instancia-fue-una-de-las-impulsoras-de-la-justici/ https://www.nuestrascartas.org/es/vanessa-hoppe-41-ex-constituyente-de-movimientos-sociales-es-feminista-abogada-y-fue-coordinadora-de-la-comision-de-sistemas-de-justicia-en-esa-instancia-fue-una-de-las-impulsoras-de-la-justici/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:24:33 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1769 “Aprendí que en estos contextos de crisis y estrés, una tiene que ser muy cuidadosa con las personas, la forma en como dice las cosas, y que aún cuando estés sobrepasada, el mundo no tiene por qué entender que estás así.”

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¿Este proceso constituyente cumplió con sus expectativas?

Sí, bueno, la verdad es que el proceso constituyente en general podría decir que sí cumple con los objetivos políticos que mi candidatura planteó al momento. Sin embargo, la verdad es que ningún sector político creo yo que cumplió a cabalidad la totalidad de las que eran sus pretensiones, porque el quórum de dos tercios, por ser un quórum alto, implicaba sentarse a conversar. 

Es decir, llegar con propuestas, y luego tener un margen de maniobra, de saber que íbamos a tener que ir bajando algunas cosas para alcanzar acuerdos, y conocer las propuestas del resto hasta llegar a un acuerdo finalmente. En general, siento que la agenda ambiental se cumplió, y en el caso de agenda feminista creo que fue un poco más que incluso de lo que nosotras esperábamos.

Desde el punto personal, ¿logró cumplir los objetivos que tenía?

Yo fui candidata porque era parte de un movimiento social que constantemente daba cabezazos contra el Tribunal Constitucional, que decía que todo lo que queríamos era inconstitucional. Entonces en un minuto los movimientos sociales se plantearon que era necesario cambiar la Constitución y era necesario llevar alguna candidata del territorio que representara tanto al feminismo, a la ecología… 

Honestamente yo no iba con mayores expectativas. Cuando ya resulté electa recién ahí me proyecté en la idea de lo que podría significar para mi vida personal. Me daba un poco de susto, porque era ir a Santiago, que no es una ciudad que me guste. Y bueno, dentro de mis objetivos personales creo que lo más interesante era ser parte de un proceso que es histórico. Y por otro lado también poder aportar desde la realidad del territorio, ¿porque quién mejor que nosotros que vivimos acá? Yo llevo doce años viviendo en Cañete. Lo otro también era darle voz a aquellas problemáticas que nunca han sido mencionadas, como es la violencia de género.

¿Tuvo alguna dificultad como constituyente?

La primera dificultad es que yo vivo con mi abuela, que tiene 101 años, y encontrar una persona que me ayudara a cuidarla fue difícil, pero aún más para los fines de semana. Los fines de semana igual eran importantes, porque además del trabajo que nosotros hacíamos en la Convención en la semana, no teníamos fines de semana, no existían. O eran para reuniones, o eran para actividades en los territorios, incluso hubo asambleas, se hicieron sesiones de la Convención el fin de semana. Y yo ahí sufría, porque no tengo a nadie, todavía no encuentro a nadie que quiera trabajar el fin de semana

Por otro lado, la violencia también. Yo recibí amenazas, hice las denuncias, y la verdad es que no me querellé por el trajín del momento, no le di prioridad, y bueno, ahí quedó la denuncia. Hasta el día de hoy no tengo idea qué ha pasado con la denuncia. Está identificado quién era, que profirió amenazas de muerte contra mí en un live de Instagram en vivo. Tenía de testigos a mis compañeros que estaban ahí mismo. Dijo que iba a matar a nuestras mamás y unas cuestiones aberrantes. El tema es el nivel de violencia que ciertas personas le han puesto a este proceso. Los mismos que hoy hablan de amor en la franja, increíblemente han sido súper violentos para denostar el trabajo de la Convención y denostarnos como mujeres. Entre todos los calificativos que él decía, me dijo que yo era meretriz de la ONU. Eso es lo que más recuerdo, de que era prostituta de la ONU. 

Por otro lado, las presiones que igual sufrimos. Por ejemplo, la Corte Suprema realizó un pleno, levantó un acta y envió copia de esa acta a todos los tribunales de Chile. Y uno es abogado, uno trabaja en los tribunales, entonces son como tus jefes, ¿me entiendes? Intentaron presionar y creéme que igual lo lograron con el resto de los constituyentes, porque eso también hizo que varias propuestas tuvieran que aminorarse en cuanto a sus pretensiones y reducirse en cuanto a lo que querían lograr.

¿En lo personal, cómo lo llevó?

La imposibilidad de estar en contacto con la familia… las relaciones de pareja pasan a segundo plano, y todo se vuelca a lo profesional, los derechos laborales eran imposibles que se respetaran. Todos sabíamos que estábamos un sacrificio por la causa, pero eso no ha sido reconocido, nadie lo reconoce, y tampoco nosotros lo andamos diciendo porque voluntariamente digamos cedimos ante el momento histórico que estábamos viviendo. 

Eso significó no tener horarios, dormir mal. Yo misma me veo en el espejo y veo más arrugas, lo que puede parecer superficial, pero es verdad. Esto implicó mucho desgaste físico y emocional para todos quienes trabajamos allí. Para los movimientos sociales fue de mucho sacrificio, de mucha entrega.

Pese a todo esto, ¿le gustaría en el futuro participar de nuevo en una instancia así, de política institucional?

Yo creo que sí, porque lo vemos como una necesidad. El hecho de haber estado allí, haber sido coordinadora de una comisión, haber tenido cierta visibilidad, aun cuando yo no soy una persona que le guste mucho figurar, aquí la gente de Cañete me decía «oh la vimos en la tele». Y eso en un pueblo que ha sido tan invisibilizado. La gente se siente anónima, y cuando ven a alguien de acá que figura de alguna manera, les hace sentir a ellos que salen de ese anonimato. 

Ese capital político podría aprovecharse en pro también del movimiento social y sus demandas, porque la Constitución no ha definido todo, son los principios que queremos para un nuevo Chile, sin embargo ahora habrá que pelear para que las leyes se hagan y luego también para que las instituciones que nos interesan se implementen, como la Defensoría de la Naturaleza, y eso implica que la lucha continúa.

¿Cree que la paridad de género como funcionó fue suficiente para que todas las mujeres pudieran participar y tener igual incidencia que los hombres?

Sí, obvio que sí. De hecho la paridad nos jugó en contra en la interpretación que hizo el Servicio Electoral. El Servicio Electoral hizo una interpretación de la paridad como techo y eso significó que muchas candidatas que por votos quedaban dentro tuvieran que dar un paso al costado para ceder su cupo a un hombre. Eso nos marcó e hizo que definiéramos muy bien la norma de democracia paritaria para la conformación de los órganos colegiados del Estado y por eso la norma dice claramente que al menos el 50% de todos los cargos en órganos del Estado deben ser ocupados por mujeres. Si no hubiese habido paridad, tampoco se habrían motivado muchas mujeres a participar.

¿Pero cree que haría falta algo más para garantizar que las mujeres puedan incidir de igual forma que los hombres? Lo pregunto pensando en los cuidados, se hablaba de que había sesiones que se extendían hasta las 2 o 3 de la mañana y algunas decían que se tenían que ir…

Hoy, en todos los espacios comunitarios asamblearios y de organización social ya se entendió, o al menos en los que yo participo, que cuando haces una reunión siempre tienes que tener un espacio de cuidados de niños y niñas. Nos turnamos para estar en ese espacio y que los niños estén cuidados. Les traemos materiales y los tenemos en una sala jugando. 

El cuidado hasta ahí lo hemos resuelto, pero en mi caso no se soluciona con poner una guardería, porque mi abuela es una adulta mayor y requiere una atención mayor para que yo pueda estar ahí, que es una persona que me reemplace. Pero en este paradigma que instalamos en esta propuesta constitucional se entiende que los cuidados aportan a las cuentas nacionales, que son fundamentales para el desarrollo de la economía y que significan hoy el sostén de todo el sistema económico.

No estamos hablando de algo menos importante y creo que la propuesta logra al menos darle un lugar de importancia a esos trabajos. Ahora, resolverlo significa hacerse cargo en efecto.

¿Cree que sin paridad de género la propuesta de Constitución hubiese resultado diferente?

Pienso que por la época en la que vivimos, las mujeres ya entendimos, al menos las feministas, que sí tenemos que disputar los espacios de ejercicio del poder, pero los sectores más conservadores creo que se vieron obligados a poner mujeres en esos cargos. Creo que no lo habrían hecho de ninguna manera si no existiera la obligación.

Creo que eso cambiaría todo el escenario, menos mujeres participando claramente cambiaría el resultado de lo que tenemos hoy. Basta ver cómo se ha legislado en el Congreso, donde la mayoría siempre son hombres, y ver el resultado que tenemos hoy con relación a la agenda feminista y al cuidado de la naturaleza. Sí habría variado en esas materias fundamentalmente.

¿Vio machismo dentro de la Convención?

Sí, es cosa de escuchar a Teresa Marinovic, o escuchar los discursos que, por tratar de negar que el feminismo es necesario en esta sociedad, acuden a argumentos que son de la edad media, como tratar de decir «a mí me gusta que mi marido me mande, que me dé órdenes». Tú lo escuchas y es como el humor de lo absurdo.

El machismo se ve representado también en las formas de relacionarse y eso sigue ocurriendo en los partidos políticos y en las formas tradicionales de organización. Las compañeras de partidos políticos en general no son las que se caracterizaron más por hablar. Vi compañeras muy brillantes que podrían haber brillado mucho y no las vi hablar tanto en los plenos. Podría mencionar a varias a quienes les tengo mucho cariño, e incluso se llaman feministas, pero no estaban preocupadas de portar una voz propia. Descansaron harto en compañeros, siento yo.

El machismo es parte de la educación. Estamos en una sociedad que lo es, estamos intentando transformar esas formas y significa que la toma de decisión se haga de otra manera. Salir de las fórmulas patriarcales, de la competitividad, salir de la agresión entre nosotras mismas. Todo eso llevará tiempo. Por eso creo que esta nueva Carta es una semilla que esperamos que florezca en el tiempo.

¿Cómo fue como independiente y mujer estar en la Comisión de Justicia, con mayoría de hombres y varias personas de partidos?

Sí. Imagínate: Mauricio Daza, Hugo Gutiérrez, Daniel Stingo, con ellos éramos cercanos y nosotros llegábamos con nuestras propuestas a conversarlas sabiendo que teníamos posturas similares. Sus personalidades desbordantes en ningún momento son ni cuestionadas ni ellos mismos se regulan.

Con Natividad, Manuela y generalmente con quienes nos juntábamos en el grupo más pequeño antes de llevar las propuestas a otros sectores, siempre conversábamos, entre que nos reíamos y decíamos “ya, paren un rato”, porque los hombres son muy competitivos, no se moderan en el uso del tiempo. 

Cuando hay que hablar de género, decían «no, aquí las chiquillas tienen que hablar», cuando hay que hablar de pueblos originarios, «no, aquí Natividad tiene que hablar porque es mapuche», pero en el resto no se moderan y en ningún caso ceden su turno o su espacio o no se dan cuenta de que ellos tendrían que moderarse para que también haya un espacio para las voces femeninas.

¿Qué pudo aprender de esta experiencia?

No soy la misma que entró a la Convención. Aprendí a que sí puedo trabajar bajo presión, sí puedo responder en un contexto desfavorable, estresante, cuando el núcleo con el que trabajas es amoroso y tienes un equipo o estás rodeada de personas con las que sí puedes dar discusiones que contienen valores por los cuales tú estás dispuesta a hacer sacrificios. Cuando hay una causa poderosa por la que sientes que tienes que darlo todo, lo das todo y sentí que llegué un poco a mi límite en el sentido de que fue un proceso que sacaba hasta mi última gota de aguante.

Aprendí también a hablar en dos minutos, armar discursos que duren dos minutos. Y muchas veces me equivoqué y lo hice mal de acuerdo a mi propio estándar. Aprendí también a comunicar de manera más asertiva, con menos cantidad de palabras y tratando de llegar al fondo del asunto de una manera más sencilla.

También aprendí que en estos contextos de crisis y estrés, una tiene que ser muy cuidadosa con las personas, la forma en como dice las cosas, y que aún cuando estés sobrepasada, el mundo no tiene por qué entender que estás sobrepasada y hay otra persona sobrepasada a la que si no te diriges de manera respetuosa, se quiebran las relaciones y eso puede afectar una negociación política, un trabajo importante para un país. Que lo personal no se puede descuidar.

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Tammy Pustilnick https://www.nuestrascartas.org/es/tammy-pustilnick-35-abogada-de-la-region-del-biobio-independiente-y-promotora-de-causas-relacionadas-a-la-descentralizacion-y-al-genero/ https://www.nuestrascartas.org/es/tammy-pustilnick-35-abogada-de-la-region-del-biobio-independiente-y-promotora-de-causas-relacionadas-a-la-descentralizacion-y-al-genero/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:16:43 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1763 "He aprendido mucho más a ser tolerante, a ser mucho más respetuosa de la diversidad, de las legítimas diferencias que podemos tener. Y lo otro, estoy agradecida de la diversidad de la Convención. Lo que he podido aprender de las diversas culturas de los pueblos originarios, o de las diversas vivencias de los distintos convencionales de norte a sur del país, es súper enriquecedor."

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¿Este proceso ha cumplido con sus expectativas políticas? 

La verdad es que sí. Las expectativas que por lo menos particularmente yo tenía era poder consagrar a nivel constitucional demandas que para mí eran sumamente importantes y que venían directamente de la mano con la trayectoría que yo llevo trabajando, que son las temáticas de género, de descentralización, y género, tanto de mujeres como disidencias sexuales genéricas, y también todas las temáticas de niñas, niños y adolescentes. Entonces en ese sentido, desde un punto de vista también de cómo está compuesta y la representación bastante heterogénea de la Convención constitucional, me llena esas mismas esperanzas en cuanto a lo que yo quería consagrar constitucionalmente. Veo que es posible, que se va a materializar.

¿Y personales?

Yo creo que ahí cualquier persona pecaría de ingenua, y yo lo soy, pero hasta cierto punto, de pensar que esto no iba a ser un proceso difícil. Que iba a ser complejo, que iba a ser tenso, y yo que particularmente vengo de un mundo independiente, que nunca he militado en un partido político, existen ciertas lógicas con las cuales yo no estaba acostumbrada. Pero de todas formas yo he tratado de mantenerme bastante en la misma línea de mi trayectoría, entonces creo que aún cuando hay ciertas situaciones o ciertos ambientes determinados que me generan tensión, o que me generan incomodidad, porque efectivamente los hay dentro de la Convención, he tratado de mantenerme bastante al margen de ellos.

¿Como cuáles?

Yo por ejemplo no soy una persona polémica, trato de ser bastante respetuosa al momento de plantear mi postura disidente. Soy muy mala para caer en polémicas en redes sociales o interpelar a alguien por redes sociales, sobre todo si es parte de un mismo órgano al que tengo que llegar a acuerdos. Y esas cosas por ejemplo las veo cada vez menos, eso sí. Yo creo que al principio había bastante ese ánimo, pero cada vez menos se está generando ese tipo de actitudes dentro de la Convención, las cuales por lo menos ya no estoy de acuerdo.

¿Ha tenido alguna dificultad en el trabajo como constituyente?  

Yo creo que, no sé si ha sido un problema propiamente tal, pero sí el hecho de que aún cuando existe la posibilidad de sesionar telemáticamente, existen ciertos momentos que es importante estar allá presencial. Y yo que soy mamá de una niña de siete años y medio, y otro de tres años y medio, es algo que te podría decir que es un poco problemático, el poder estar presencial todas las semanas. Pero la verdad es que, aún así, el hecho de que se pueda sesionar de forma virtual por lo menos a mí me ha facilitado mucho las cosas, sobre todo desde un punto de vista personal en mi rol de mamá.

¿Si pudiera empezar de nuevo con lo que conoce hoy, qué cambios haría en el inicio del proceso?

No sé si eso dependería de nosotras y nosotros. Yo creo que aún cuando el proceso chileno es histórico a nivel comparado, por lo rápido que logramos sacar los reglamentos -que nos demoramos tres meses y medio-, siento que ese descuento que tuvimos en la parte reglamentaria me hubiese gustado tenerla para discutir el fondo. Entonces, aún cuando yo no soy partidaria para nada de aumentar el plazo, porque las reglas del juego eran claras, sí ahora cuando uno ya está sobre la marcha hace siete meses desde la Convención, diría que sí hubiese sido necesario un poco más de tiempo para la parte de deliberación.

Me parece importante tener mayores espacios de reflexión, de análisis, de discusión, y también de llegar a acuerdos. Yo creo que, si nosotros tuviésemos más espacio para una deliberación, también podríamos llegar a acuerdos más contundentes de forma transversal.

En cuanto a la paridad, ¿qué consecuencias cree que ha tenido esta en la composición de la Convención?

Yo soy una defensora férrea de la paridad dentro del órgano constitucional. Porque estamos demostrando lo que realmente significa ser un órgano paritario escribiendo una nueva Constitución. Y no desde un punto de vista sólamente desde las temáticas que uno pone, y que quiere materializar en el texto constitucional, sino también desde un punto de vista de la dinámica. De una u otra forma evidencia lo importante y enriquece la diversidad de miradas en un órgano constitucional. 

Eso desde un punto de vista como funcional, pero también desde un punto de vista material, como desde las temáticas que se imponen y que se proponen dentro de la Convención. El hecho de que hayamos llegado la mitad mujeres también lo demuestra. Hay un estudio súper interesante que sacó el PNUD, que evidenciaba que la paridad de género sí es una condición importante para el desarrollo y los resultados de los distintos temas que se han tratado dentro de la Convención. Por ejemplo, temas medioambientales, de pueblos originarios, y también temáticas obviamente de género. Este estudio es súper interesante porque muestra que en las primeras votaciones, cuando fue la parte reglamentaria, a excepción solamente de medioambiente, existían indicaciones que se habían propuesto al pleno, que hubiesen sido muy distintas las votaciones si la composición no hubiese sido paritaria.

A su juicio, ¿cuáles son las contribuciones que están haciendo las mujeres de la Convención a la democracia? 

Obviamente una es que enriquece la diversidad. La experiencia de vida, particularmente el hecho que por ejemplo el reglamento nosotros hayamos señalado lo importante de los roles de cuidado dentro de la Convención, que eso se tomara en consideración. También el hecho de que fijamos esta paridad es algo que, por lo menos para mí, es un hito importante que estamos mostrando las mujeres dentro de la Convención. Que la semana pasada se haya aprobado en el pleno y ya es norma constitucional, que los tribunales tienen que juzgar con perspectiva de género, siendo el primer país del mundo en consagrarlo a nivel constitucional, claramente demuestra estas señales de lo importante que es que las banderas de lucha que llevamos las mujeres y los movimientos feministas se consagren en la nueva Constitución.

La Convención es el único órgano del poder político en Chile que tiene una composición paritaria y que permite a hombres y mujeres participar por igual en este proceso. ¿Qué mensaje cree que le da eso a las mujeres de este país y de América Latina?

Yo creo que es un tremendo mensaje. Soy una convencida de que la paridad llegó para quedarse, y que debe replicarse en todos los otros órganos y estamentos del Estado, y también incluso empresas privadas. La participación de las mujeres es clave en la actualidad, y por lo tanto yo creo que el mensaje que podemos mandar a los otros países es mostrar lo que un órgano paritario está consiguiendo. 

Que tengamos consagrado la perspectiva de género, o fallar con enfoque de género desde un punto de vista de tribunales de justicia, es un tremendo avance. Y todas las otras normas que se están proponiendo desde la articulación feminista, no solamente los derechos sexuales y reproductivos, pero también los roles de cuidado, de cómo se reconoce el valor social y económico del trabajo doméstico de cuidados no remunerados, son cosas que yo creo que tienen que ser ejemplos a seguir, y que demuestran con hechos concretos lo que un órgano paritario puede lograr.

¿Ha sido suficiente, a su juicio, la paridad numérica para garantizar la incidencia de las mujeres en esta Convención?

La verdad es que sí. Creo que el hecho que seamos mitad y mitad demuestra de una u otra forma que nuestra voz tiene que ser escuchada. Y yo creo que, sobre todo, en ciertos círculos que no estaban acostumbrados a que la voz de las mujeres fuera levantada y escuchada en igualdad de condiciones que de los hombres, ese es un paradigma que se está quebrando bastante rápido. Y eso también lo celebro.

Lo veo con mis compañeros hombres dentro de la Convención, que llegaron y hablaban en genérico masculino, que decían «muy buenos días a todos, yo les quiero decir que nosotros..» Y te das cuenta que ese vocabulario ya ha ido evolucionando. Me doy cuenta que ya siempre hablan de «todas y todos», y no usan solamente el genérico masculino, entonces ese tipo de cosas que están visibilizándonos, no solamente en el lenguaje, que también al final nos visibiliza como agentes políticas dentro de la Convención, es un tremendo avance.

¿Qué le inspira/emociona más en la Convención hasta ahora? ¿Cómo se comunica esa inspiración/creatividad política para sus electores?

Yo creo que me inspira exactamente lo mismo que cuando decidí lanzar mi candidatura, que es la oportunidad histórica que tenemos de consagrar constitucionalmente demandas de años y años. Y no estoy solamente hablando de los derechos sociales. Estoy hablando de los derechos de las mujeres, de los derechos de niños, niñas y adolescentes, las temáticas medioambientales, las temáticas de los pueblos originarios. Hasta el día de hoy, yo sigo con la misma, de la esperanza y las expectativas, para mí siguen intactas. Más allá de las tensiones, de los malos ratos que uno obviamente puede tener, para mí el resultado y el objetivo siento que de todas formas lo vamos a lograr. Nosotros también tenemos que recordar que este es un proceso inédito en el país, nunca antes en la historia de nuestro país se había escrito una Constitución de forma democrática, en paridad, con pueblos originarios. Obviamente hemos tenido tropiezos, y es súper importante hacer esa autocrítica y reconocerlo. Pero al mismo tiempo creo que el objetivo de quienes llegamos, de plasmar constitucionalmente demandas importantes, sigue intacto, y eso para mí, al menos, es lo que me inspira y me sigue emocionando.

¿Qué ha podido aprender de esta experiencia?

Yo creo que hay dos temas importantes. Soy una persona bastante dialogante, entonces aun cuando siempre estamos en una posición de apertura, obviamente yo he aprendido mucho más a ser tolerante, a ser mucho más respetuosa de la diversidad, de las legítimas diferencias que podemos tener. Y lo otro,  estoy agradecida de la diversidad de la Convención. Lo que he podido aprender de las diversas culturas de los pueblos originarios, o de las diversas vivencias de los distintos convencionales de norte a sur del país, es súper enriquecedor. 

Desde un punto de vista mucho más de vivencia personal que desde académico, obviamente he aprendido mucho más. Aún cuando yo ya sea abogada y me especialicé en determinadas áreas que van relacionadas con la Constitución, por supuesto que sigo aprendiendo cada día más, pero desde el punto de vista personal es lo que más agradezco del aprendizaje.

¿Quiere seguir en la política institucional después de la CC?

No. Yo de verdad que genuinamente, y lo sigo sosteniendo hasta el día de hoy, ingresé y fui candidata porque consideraba que podía ser un aporte, no solamente por mi experiencia teórica, sino también práctica desde la sociedad civil, a la discusión constitucional. Entonces si bien eso es un proceso político, mi aporte siempre trato que sea desde un punto de vista técnico. 

La verdad, estoy completamente agradecida de esta tremenda oportunidad que me dio el electorado, pero no me veo la verdad, sinceramente, siguiendo una militancia política o por esas áreas.

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https://www.nuestrascartas.org/es/tammy-pustilnick-35-abogada-de-la-region-del-biobio-independiente-y-promotora-de-causas-relacionadas-a-la-descentralizacion-y-al-genero/feed/ 0
Rossana Loreto Vidal https://www.nuestrascartas.org/es/rossana-loreto-vidal-52-ex-constituyente-independiente-enfermera-y-abogada-entro-a-la-convencion-de-la-mano-de-la-lista-del-pueblo-pero-fue-la-primera-en-irse-de-ese-bloque-fue-autora-de-la-pro/ https://www.nuestrascartas.org/es/rossana-loreto-vidal-52-ex-constituyente-independiente-enfermera-y-abogada-entro-a-la-convencion-de-la-mano-de-la-lista-del-pueblo-pero-fue-la-primera-en-irse-de-ese-bloque-fue-autora-de-la-pro/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:14:30 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1759 "Conocí marcadamente [con el proceso constituyente] cómo las mujeres nos ponemos de pie en las condiciones más complejas, el valor de la resiliencia, pero a toda prueba."

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Entrevista con Rossana Loreto Vidal (52), ex constituyente independiente, enfermera y abogada. Entró a la Convención de la mano de La Lista del Pueblo, pero fue la primera en irse de ese bloque. Fue autora de la propuesta del Consejo Nacional de Bioética, e impulsó otras normas sobre bioética en el borrador.

¿Cumplió con sus expectativas este proceso?

Parcialmente, porque yo tenía una expectativa un poco ilusoria, tal vez, de lograr que la deliberación respetuosa, profunda, se hiciera presente en el proceso y me parece que no fue así. Ese fue el descontento y gusto amargo que me queda. La intención para mí era hacer una nueva forma de hacer política, creo que no nos resultó porque estaba muy invadido el espacio por una política muy arcaica. No fue buena idea que muchos y muchas probablemente se olvidaran de que había que dejar el personaje en la casa e ir con la persona.

En todo lo demás, sí. Yo me vine transformada, con un aprendizaje profundo, con el conocimiento muy intenso de la diversidad que existe en nuestro país, de lo distintos y distantes que podemos ser a veces, pero cuando tienes la voluntad de mirar al otro a los ojos, creo que cambia. Y creo que pude hacerlo con al menos más de 100 compañeros y compañeras. Hice buenos amigos y buenos vínculos humanos.

¿Qué aprendió de esta experiencia?

Vine a darle valor a algo que vengo trabajando hace mucho rato. Yo creo en que los seres humanos tenemos el derecho de cambiar de opinión y tenemos el deber de aceptar eso como una forma natural de la vida. Cuando tú te cierras en una sola posición, nunca avanzas, entonces yo iba con la férrea intención de dejarme impactar y ser impactante y creo que eso es un aprendizaje. 

Conocí también marcadamente cómo las mujeres nos ponemos de pie en las condiciones más complejas, el valor de la resiliencia, pero a toda prueba; también la aprendí ahí y ese fue mi principal aprendizaje. Yo pensaba hacer una especie de doctorado en humanidades, decía yo, pero no aprobé el curso completo porque algunos me tuvieron al límite, y a ratos de verdad tuve que hacer un esfuerzo enorme por contenerme, porque a ratos las cosas no estuvieron bien.

¿Qué rol cree que tuvieron las mujeres en esta Convención?

Decisivo, absolutamente. Querámoslo o no, a pesar de que hay algunas compañeras mujeres que se ríen y se mofan de la emocionalidad que algunas de nosotras pudimos plasmar durante el proceso, creo que fuimos valientes, capaces de mostrarnos tal cual somos y trabajar no solo con nuestra parte intelectual sino con nuestro cerebro emocional para el logro de objetivos.

Fuimos mujeres inteligentes, valientes y poderosas. Las mujeres tenemos un liderazgo mucho más potente sin tener que alzar la voz y sin tener que golpear la mesa, sino que hacerlo de manera más inteligente. Hicimos gala de inteligencia, creo yo, las mujeres. No todas, algunas de verdad que, bueno, marcaron el punto más negativo en este ámbito, pero es un tema de contexto. No puedes transmitir lo que no has vivido y no quieres vivir o ver.

¿En qué cosas cree que se innovó en este proyecto de Constitución?

Esta Constitución está ajustada a los tiempos, esa es la verdad. Hace 40 años atrás no se podría haber escrito lo que escribimos ahora. En medio de una crisis climática, de marca mayor, que no afecta solo a Chile sino al mundo, pudimos reconocer los derechos de la naturaleza y la naturaleza como sujeto de derecho. Eso es un avance, una innovación a todas luces.

El haber podido instalar por primera vez en una Constitución el derecho a beneficiarse de los conocimientos y tener acceso a ellos y desde la investigación podamos tomar políticas públicas es fantástico. Por primera vez instalamos el concepto de la bioética; e instalamos algo tan importante para mí. Siempre las constituciones marcan el derecho a la vida, pero la vida tiene una salida, que es la muerte, y nunca hablamos de la muerte. E instalamos la muerte digna y el derecho a los cuidados paliativos.

Esto fue escribir una constitución en el siglo XXI, y creo que estuvimos a la altura en ese sentido. Y quien quiera decir lo contrario está tratando de denostar el proceso. 

¿Qué cosas lograron las mujeres en la Convención?

Logramos instalar aquellas cosas que para nosotras eran importantes y los consensos en aquellos temas que eran relevantes: Derechos sexuales y reproductivos, educación sexual integral. Instalamos el derecho a cuidar y ser cuidados. La Constitución está teñida de esa sabiduría profunda que tenemos las mujeres respecto de qué es lo que te importa. A todos nos importa cuidar y ser cuidados. Lo pusimos al centro, como columna vertebral, y eso es fundamental. Logramos darle valor a la paridad y decir con bastante claridad y fuerza que vinimos para quedarnos, y creo que eso es indiscutible. Me atrevería a decir que las voces más potentes de la Convención fueron de mujeres, no de hombres.

Se ha dicho que esta es la Constitución de Marcos Barraza o de Fernando Atria, suelen ser hombres los que aparecen ahí. ¿Por qué cree que se ha dado eso?

Por ustedes. Esa es la verdad. Ustedes, los periodistas, insistieron en poner el foco en los mismos. Y solamente hicieron foco en algunos de nosotros cuando se trataba de temas mediáticos que estaban más asociados a la parafernalia del día, a estas cosas que son noticiosas, pero casi para novela rosa, y no a lo que era importante.

Cuando nosotros levantamos temas importantes no tuvimos mucho espacio las mujeres. Los medios de comunicación no nos ayudaron, se quedaron con el pasado siempre y pocas veces salieron de ahí. Y cuando salieron mujeres, salieron las mismas mujeres de siempre, las que están en los medios: las periodistas y nadie más. Y creo que eso nos hizo mal.

En ese sentido, ¿cree que la paridad de género como se pensó e instaló en la Convención fue suficiente para garantizar la igualdad de participación e igualdad entre hombres y mujeres o faltó algo más?

No, pero creo que lo que hicimos ahí fue apenas el esqueleto del cuerpo que queremos que finalmente empiece a darle vida a este nuevo Chile. Habría que ponerle musculatura, vasos sanguíneos, y eso es progresivo. Y eso no se dio en un proceso que al final del día dura lo que dura la edad gestacional.

Era muy complejo que llegando nos pusiéramos todos de acuerdo sin conocernos y que casi fuera una realidad esto. Sí se dejaron las bases para que la paridad se haga cada vez más potente y cada vez más una realidad. Pero no sé qué faltó. Faltó tiempo, y el tiempo lo va a dar el paso de los años, para que vayamos avanzando.

Se lo preguntaba porque otras ex convencionales comentaban que la paridad fue un avance pero que había cosas que la Convención no pudo hacerse cargo, como el tema de los cuidados, y que eso terminaba afectando la participación de las mujeres.

Claro que sí. Yo fui una de las principales impulsoras respecto del cuidado e hicimos muchos esfuerzos porque eso ocurriera en los primeros meses, pero después fue todo una vorágine y al final del día creo que una muestra real de cuán importante para cada una de las mujeres que estabamos ahí era el proceso, que incluso fuimos capaces de renunciar a aquello que era tan importantes para nosotros.

Una convencional de derecha en algún momento me increpó para decirme, “Loreto, tú que impulsabas tanto el tema de los cuidados, es inhumano que estemos hasta estas horas de la noche. Yo tengo hijos, no los veo hace tanto, ¿por qué no pedimos más tiempo?”. Yo le dije, “que tu sector lo pida. Haz un oficio, que tu sector lo pida”.

Porque el gran riesgo era que si nosotras empezábamos a irnos por ese lado, deslegitimábamos el proceso. Jamás se iba a comprender que eso tenía un sentido respecto a la paridad, sino que más bien era una forma y un arma encubierta para denostar y descalificar el proceso.

¿Cómo fue personalmente su experiencia de tener que estar participando de conversaciones políticas, que antes de la Convención no eran la tónica para usted?

Debo reconocer que me di cuenta y al poco andar que mi en mi ser, este animal político de toda la vida, estaba ahí, más presente que nunca. Para mí fue interesante, fue un aprendizaje, descubrir los enormes laberintos que existen dentro de esto que denominamos política y que a la política le falta algo en nuestro país: el considerar que la ética no es acomodaticia y que cuando no tengamos ese concepto al centro es una complejidad, porque empiezas a transar. 

Es válido negociar, pero al consenso se llega teniendo también un espectro valórico que hay que salvaguardar. Y ahí hay una cuestión llamativa: ver cómo tomábamos acuerdos y en el pleno pasaba todo lo contrario. Aprendí a conocer quién era el grupo político más respetado dentro de estos movimientos políticos y quiénes están muy alejados de lo que yo quisiera pensar que es la política. 

Así que para mí fue interesante, me gusta mucho deliberar, pero ese no era el entorno. Nunca me alcanzó el tiempo, nunca se deliberó, siempre se puso una postura contra otra. 

A pesar de esto, ¿le gustaría volver a participar de una instancia de política institucional?

Si me lo preguntas antes, yo hubiera dicho que no participaría de nuevo, pero ahora, dándome cuenta del impacto que puedes tener, la incidencia que puedes tener… Tenemos una Constitución que en el artículo 98 y 99 están los principios de la bioética y el Consejo Nacional de Bioética. Si yo no hubiera tomado la decisión de participar en esto, no hay ninguna posibilidad de que alguien lo haya instalado. 

Hay cosas que uno puede aportar que a lo mejor nunca se han tratado, a lo mejor no tienen la mirada que tú has recogido desde tu comunidad, entonces la respuesta es sí. Pero no de forma aspiracional, sino de responder a la demanda del entorno en el que estás. 

¿Qué imagen cree que se transmitió hacia afuera del trabajo de las mujeres de la Convención?

Yo sentía vergüenza muchas veces y pudor al escuchar a algunas de mis compañeras. Podríamos haber habido 10 que intentábamos posicionar la forma de liderar y bastaba una o dos o tres de ellas que echaban a perder el entorno.  Pero a pesar de aquello, siento que las mujeres transmitimos una forma de liderar de manera distinta.

¿Cree que faltó emoción en el proceso?

Se ridiculizó el valor de la emocionalidad sin darle importancia a aquello y creo que hay un libro hermoso, para mí muy importante, que dice «es emocionante poder emocionarse». Mientras mantenemos la posibilidad de emocionarnos, tenemos la posibilidad real de aprender a ver con otros ojos, al mundo, al entorno. 

Todos los días me levantaba pensando ¿cómo lo haría si no tuviera miedo? Miedo al ridículo, a que me digan que era demasiado emocional, y actué desde el no tener miedo. Y creo que muchas preferían lo contrario, me decían «Lore, no respondas». Yo respondí lo que tenía que responder. Pero yo viví más de medio siglo y había compañeras que habían vivido la mitad de mi vida, entonces, creo que estuve bien a la altura. Pero le faltó un poco de emoción, se denostó la emoción. 

Igual fue un proceso muy épico. Una épica que la derecha ni siquiera sabe lo que significa. Por eso siempre vamos a tener esa herramienta a nuestro favor.

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Rosa Catrileo https://www.nuestrascartas.org/es/rosa-catrileo-40/ https://www.nuestrascartas.org/es/rosa-catrileo-40/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:12:38 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1755 "Se abre una ventana para recuperar lo perdido, no solo en lo territorial sino en lo cultural, lo espiritual, y darle el respeto que nunca debimos haber perdido como sociedad, como mapuche, como mujeres, hombres y niños pertenecientes a un pueblo indígena. Eso me emociona, que esta es la oportunidad para dar esa dignidad que nunca debimos haber perdido como pueblo indígena."

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¿Qué significa para usted ser mujer, mapuche y estar coordinando una de las comisiones más importantes de la Convención Constitucional?

Dicen que es una de las más importantes, dicen que somos los fomes, igual jaja. Para mí es súper relevante porque es una comisión que va a estructurar la nueva institucionalidad del poder. Como mujer, como mapuche, represento o siento que represento mucho las voces de grupos que nunca han estado en la toma de decisiones, menos para definir una institucionalidad del Estado en este caso. Claro, hay mucha responsabilidad, creo que también es un desafío muy grande y esta voz, me lo han hecho sentir, en la semana territorial, me dicen en mapudungun newentun, que significa que tenga mucha fuerza. Porque lo que conlleva es tratar de poner la mirada de mujer, la mirada de mapuche en este caso, en una estructura que ha sido bastante nefasta, por decirlo de alguna manera. sobre todo con el pueblo mapuche, porque ha sido a través de la institucionalidad del Estado que nosotros hemos estado excluidos. El que yo esté liderando esto significa que es un punto de partida para algo que puede ser un cambio en una institucionalidad.

¿Cuál puede ser su aporte en esta Convención?

El hecho de ser abogada me permite tener un diálogo bastante fluido y entender ciertos conceptos técnicos que te permiten analizar de mejor manera lo que implica estar participando por ejemplo en una comisión que va a definir esta estructura del Estado y el ejercicio del poder. Mi aporte también tiene que ver con que el pueblo mapuche nunca ha estado ahí. Ya no podemos pensar en un parlamento por ejemplo sin la presencia de la representación indígena. No podemos pensar en un Ejecutivo sin la representación indígena. No solamente como personas, sino como colectivo, como sujeto colectivo, por lo tanto esa es la mirada y esa es la responsabilidad que yo tengo.

¿Había imaginado que sería posible estar en un proceso como este, después de todos esos años de no formar parte de esta institucionalidad?

No, porque entré al proceso constituyente con mucha desconfianza y entro solo porque se establecen los escaños reservados. Solo así. Entonces, la desconfianza tiene que ver con que veía que este proceso, que podía ser que se diera, que se podía prever que podía suceder en algún momento, no lo veía como un proceso mapuche, sino que lo veía como un proceso chileno ajeno a lo que yo estaba participando, que era el tema mapuche propiamente tal, con esta visión de la autonomía y todo eso, entonces no me vislumbraba formando parte de este proceso chileno. Solo se da por el hecho de los escaños reservados.

Y una vez adentro, ¿pudo pasar esa barrera de sentirse ajena al proceso o todavía no?

Igual lo veo como que es el proceso constitucional del Estado de Chile, Estado que para con nosotros es opresor, que condena nuestras demanda, pero lo tomo como una oportunidad o como una herramienta para fortalecer la meta mapuche o el proyecto político mapuche. De manera que ahora participo en él para poder a su vez fortalecer esta otra mirada, este proceso que yo veo que es el proceso del pueblo mapuche, facilitar o correr cercos, como hemos dicho, abrir camino hacia el proyecto político propio mapuche. 

A pesar de esta posibilidad de avanzar en institucionalidad política, un estudio de Mujer y Política mostró que las mujeres más atacadas por violencia racista fueron la presidenta Elisa Loncon y la machi Francisca Linconao. ¿Cómo se aborda aquello? 

Quedan en evidencia las discriminaciones estructurales que hay por parte del Estado pero también por parte de la sociedad chilena. Esos ataques racistas tienen que ver  con eso, con esta permisividad que existe en la sociedad no indígena, respecto, o la naturalización de la violencia contra los indígenas. Es como algo que siempre ha estado y ya ni se cuestiona. De ahí viene dar cuenta de eso es lo que ha sucedido con los ataques a la machi y a Elisa, y sí, hago el ejercicio de publicar en redes sociales pero no veo los comentarios porque cuando me pongo a revisar esos mismos ataques también van para mí. Ahora, las redes sociales son tan impersonales, pero algo te dicen cuando hay un cuestionamiento… solo por el hecho de ser mapuche, por ejemplo, tú ya eres violenta o eres terrorista. O te asocian a la violencia, por el solo hecho de tener el apellido Catrileo, sin conocer mi historia de vida, sin conocer mi proyecto político, que pueda tener o que yo pueda representar. Y desconocer que estoy participando y dialogando en un proceso constituyente. ¿Cuál es la violencia? Si estoy participando en la esfera más dialogante o más democrática del país. 

Pero personalmente, ¿qué piensa por ejemplo del hecho de que ahora los niños y niñas mapuche vean a Elisa Loncon en un cargo de poder en la televisión, a tantos representantes de su pueblo en la Convención, que en el futuro lo tengan que estudiar en el colegio?

Han sido interesantes las conversaciones que hemos tenido justamente en las semanas territoriales donde tenemos dos visiones: una, de la gente mayor, que se emociona, que tiene mucha esperanza y que no puede creer muchas veces que estemos ahí y sobre todo las mujeres, que mujeres estén ahí con nuestros trajes, con nuestras joyas, y que estemos hablando y estemos debatiendo. Ver a Elisa dar el discurso y decir mari mari com pu che, Chile mapu, los emociona. Y es una liberación de tantos años de discriminación. Y para los niños es como… y lo veo en mis hijos, en mis sobrinos, es como, ya no hay un cuestionamiento por ser mapuche. Es como dicen ellos, es bacán ser mapuche, entonces sabemos que estamos contribuyendo a estas nuevas generaciones a tener ni siquiera cuestionamiento sino que el orgullo lo llevan a flor de piel. Lo que nosotros no vivimos, porque nos costó asumirnos mapuche. En la niñez no teníamos mucha conciencia y solamente cuando hay una recriminación por ser mapuche que uno toma la consciencia. Ahora, los niños ni siquiera se cuestionan.

¿Cuál ha sido el momento más significativo que ha vivido hasta ahora en este proceso constituyente?

Han sido tantos. El escuchar el nombre… cuando escuchamos nuestros nombres tiene mucho simbolismo. La primera vez que escuché Rosa Catrileo, el 4 de julio, es como… todos los nombres de nuestros abuelos están ahí presentes con nuestros apellidos. Eso es lo significativo. Por supuesto también el discurso de apertura, cuando le hablo a mis hijos y a mis sobrinos y los nombro, diciendo que nuestros nombres han cambiado, ya no somos Rosa ni Eliseo, que era el nombre de mi papá y mi hermano… cuando nombro a mi papá y digo que ya no nos vamos a llamar de esa manera y que nuestros hijos han ido recuperando nuestros nombres, porque mis hijos ya no se llaman así. Ahí fue como decir “hemos vuelto a ser orgullosos”. Eso fue muy significativo en lo personal y también nombrar a mi padre, que no alcanzó a verme en este proceso, porque falleció tres semanas antes de que ingresara mi candidatura. 

¿Ha tenido alguna dificultad como constituyente?

Los prejuicios que hay contra los mapuche en general. Recuerdo cuando en la Comisión de Reglamento nos hicimos presentarnos y todos empezaron a nombrar sus títulos en vez de decir quiénes eran. Eso ha sido complejo. Y el que no crean que mapuches podamos ser abogados, podamos tener diplomados, magíster, doctorados, en el caso de Elisa, también da cuenta de los prejuicios que hay. Y el hecho de ser mapuche y que al tiro piensen que no vas a poder conversar. Yo he conversado con todos, desde La Lista del Pueblo hasta la derecha. 

¿Y cómo ha hecho para que los demás superen esos prejuicios con respecto a usted?

Mostrando las capacidades que tengo, por eso también estoy en la coordinación. El salir a hablar y no tener miedo al otro, de mi parte, no voy a esperar que me hablen, voy a salir a hablar y a explicar, a hacer pedagogía de lo que somos y de los derechos, también porque hay mucha ignorancia y desconocimiento, mucho temor. Esa ha sido la estrategia, no encerrarme en estar con los que yo siento cercanos, sino que salir a hablar con ese otro y abrir esa posibilidad de que se acerquen también a conversar. Eso ha generado también que puedan conocer las posturas, conocer lo que estamos planteando y también mostrar la capacidad que tengo en lo personal para poder afrontar este desafío de buena manera. Estoy preparada y estamos preparados como pueblo para enfrentar este desafío.

¿Qué contribuciones cree que están haciendo las mujeres mapuche y las mujeres de escaños reservados, a la política y al mundo democrático?

Lo primero es dar cuenta de la diversidad. Y en esa diversidad, ver la capacidad y dar cuenta de estas otras miradas que existen. El mundo no es uniforme, hay distintos pensamientos y hay distintas formas y culturas de enfrentarlo. Estamos evidenciando eso. Y las mujeres indígenas somos las principales transmisoras de la cultura. Por lo tanto, somos las que llevamos esa mirada, si te fijas, ya con nuestra presencia y nuestros trajes tú estás comunicando algo, estás diciendo que venimos a aportar en diversidad, en diversidad visual incluso, pero es más profundo que eso, con esta forma de enfrentar el mundo de manera distinta. Y darle mayor legitimidad a una democracia que tenía a excluidos y nosotros venimos a decir “ya no vamos a estar excluidas. Estamos aquí, estas somos y esto vamos a seguir siendo”. 

Es curioso que esa diversidad no se verá tanto en el próximo Congreso, dado que justo hay elecciones parlamentarias y no hay escaños reservados, ni paridad. ¿Cómo ve aquello? 

Sigue esta visión de negar nuestra presencia. En las conversaciones que he podido tener con distintos colectivos creo que el futuro Parlamento que se genere a través de la Convención no va a seguir estas lógicas, este temor a perder el poder que tiene la oligarquía chilena que es la que ha estado siempre gobernando. Ya aquí en la Convención no está solo la oligarquía. Llegamos todos los excluidos. Y el nuevo Parlamento va a recoger esta diversidad. Y claro, es una paradoja que el Parlamento que se está renovando ahora esté en absoluta no sintonía con lo que está pasando en la Convención. Y ahí tú te das cuenta de los poderes constituidos y el poder constituyente que viene, efectivamente como dijo Elisa, a refundar o a reformular la estructura del Estado y el ejercicio del Poder Estatal.

¿Qué es lo que más la inspira o emociona del proceso constituyente?

La posibilidad de correr los cercos, como decía antes, para mi gente. Hay mucha esperanza, mucha fe en lo que podamos hacer y eso me inspira, me inspira ver a mi lamngen, a mis ñañas, esperanzados en que no vamos a quedarnos fuera. Se abre una ventana para recuperar lo perdido, no solo en lo territorial sino en lo cultural, lo espiritual, y darle el respeto que nunca debimos haber perdido como sociedad, como mapuche, como mujeres, hombres y niños pertenecientes a un pueblo indígena. Eso me emociona, que esta es la oportunidad para dar esa dignidad que nunca debimos haber perdido como pueblo indígena. 

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Paulina Veloso https://www.nuestrascartas.org/es/paulina-veloso-33/ https://www.nuestrascartas.org/es/paulina-veloso-33/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:10:35 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1751 "Creo que eso es lo que nosotras [las mujeres] aportamos acá, más allá de los conocimientos técnicos que podamos tener, hay esta otra fibra que tenemos las mujeres que es nuestro aporte también en la discusión de la nueva Carta Magna."

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Entrevista com Paulina Veloso (33)

¿Qué es lo que valora del proceso constituyente, a pesar de que haya un sector importante de la derecha que ha sido sumamente crítico?

Lo principal es que este proceso surgió de la ciudadanía, más allá de estos grupos más extremos y más violentos que hicieron desmanes en el estallido social, yo me quedo con esos grupos de familias, familias enteros que yo vi acá, en mi comuna, en Concepción, y también en las calles de Santiago, que salieron a volcarse porque querían un cambio. Querían un cambio porque sin duda que nuestro país ha crecido, sin duda que hemos avanzado en estos últimos 30 años, pero merecíamos también un cambio con mayor justicia social, mayor equidad, más allá del crecimiento económico.

Hay algo que siempre destaca, que viene de la comuna de Lota, su papá es pescador… ¿Cuánto de esa historia que ha vivido está reflejada en su trabajo como constituyente?

Yo creo que en realidad, todo. El venir de un barrio, de una población, de un sector popular, de un sector rojo también como lo es la comuna de Lota, es algo que me diferencia, yo creo, de los demás constituyentes de mi sector, porque en el fondo hay muchas personas que hablan de ciertas realidades y dicen «yo conozco la realidad, la he visto», pero es distinto a que yo diga, yo lo he vivido. En el fondo esa es la gran diferencia con otros colegas, por eso también puedo hacer sintonía con muchos temas sociales que quizás a los más extremos de mi sector, no les gustan o no les hace mucho sentido, pero a mí sí, porque vengo de acá, soy una persona que ha salido adelante por su familia, porque mis papás se esforzaron mucho para que sus hijos fueran profesionales. Es una realidad distinta a vivir en un lugar acomodado de la Región Metropolitana en donde se pierde ese contacto con la gente de barrio y muchas veces con el sentido de realidad, con saber qué es lo que está pasando, saber por qué la ciudadanía está haciendo una u otra cosa. Creo que eso es lo que le falta a muchos convencionales de mi sector, pero del que yo llamo que es un sector más extremo.

¿Cuáles cree que serán o son sus aportes en este proceso de la Convención? 

Una cosa es que también dentro de esta nueva Carta Magna se vea reflejado y premiado el esfuerzo familiar, que el emprendimiento sea uno de los ejes de nuestra nueva Carta Magna, así como lo es en la actual, porque en el fondo si mis papás no hubieran podido emprender, nosotros no hubiésemos podido salir adelante. Para mí creo que la familia siga siendo el núcleo fundamental de la sociedad es algo por lo que luché, dije en mi campaña que defendería los principios y valores cristianos que están en nuestra Constitución. Cuando tú hablas de que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, algunos pueden decir que esos son derechos esenciales o connaturales al ser humano, pero resulta que también son principios y valores que nosotros los cristianos valoramos y respetamos. Esos temas, creo que también se deberían de mantener en esta nueva Carta Magna. 

¿Qué es lo que más la inspira de este trabajo como constituyente y de esta Convención Constitucional?

En realidad, lo que me inspira o lo que quiero que se impregne es ese sentido de realidad que hoy día también veo muy alejado de muchos constituyentes y sobre todo de los constituyentes más jóvenes, de los que habría esperado a lo mejor cierta apertura, porque venimos con otra visión, venimos con el conocimiento de la realidad, y hoy la verdad es que veo que muchos de ellos están muy ideologizados, eso es bastante complicado y bueno, espero ir permeando poco a poco con esta otra forma de ver el país, de propuesta de un Chile mejor.

¿Qué expectativas tiene sobre la nueva Constitución? ¿Qué le gustaría que quedara reflejado?

Partir por lo que la ciudadanía salió a pedir a las calles: que es el tema de los derechos sociales. Creo que eso es algo que debe estar en la nueva Carta Magna y en lo que creo que habrá acuerdo transversal, en el tema de las pensiones, salud digna y oportuna, también creo que el derecho a la vivienda y el acceso a ella debe estar contemplado en la nueva Carta Magna, la educación. Creo que son temas base para poder partir en esta discusión, sobre todo para la comisión a la que le va a tocar ver estas materias. Es algo sumamente importante. Y por otro lado, también las bases de la institucionalidad. Creo que entidades públicas como el Banco Central, como Contraloría General de la República, creo que también son algunas instituciones públicas que se deberían mantener dentro de la nueva Carta Magna.

Pensando en las demandas de la gente, ¿qué se debería transformar entonces, en la nueva Constitución?

Yo creo que más que transformar, es avanzar. Avanzar con justicia social, con equidad, que son temas que no están muy permeados en nuestra actual Constitución, y otro tema que creo que llegó para quedarse es el tema de la paridad. Para mí, eso, si bien en campañas yo no lo veía como algo tan importante, porque para mí la política nunca ha sido ajena. Estoy en Renovación Nacional desde hace 11 años, nunca he tenido problemas para participar en política, siempre he sido dirigenta, pero creo que hay muchas mujeres que no logran sortear esa barrera de entrada, entonces creo que la paridad en política y en cargos públicos es algo que debería verse reflejado o establecido en la nueva Carta Magna, al igual que algo que me ha dicho mucho la ciudadanía ultimamente, que es el tema de la corrupción. Si bien la Constitución no es el Código Penal, creo que tenemos que sentar un marco regulatorio dentro de la nueva Carta Magna que nos permita de verdad tener sanciones que le hagan pensar sobre todo a los servidores públicos y a los políticos, dos veces antes de cometer delitos como los que ya hemos visto y que finalmente han terminado con sanciones irrisorias, como el tomar o dar clases de ética.

Y hablando de la paridad, ¿qué consecuencias cree que ha tenido la paridad en la composición de la Convención?

Tuvo una consecuencia y es muy positiva, porque en el fondo, las mujeres aportamos una sensibilidad distinta en la discusión política, que muchas veces es un tanto ajena a los hombres, que son muchas veces más cuadrados, que piensan más en lo legal. Nosotras a veces nos detenemos en otros detalles que no son tan pequeños ni tan mínimos. Creo que eso es lo que nosotras aportamos acá, más allá de los conocimientos técnicos que podamos tener, hay esta otra fibra que tenemos las mujeres que es nuestro aporte también en la discusión de la nueva Carta Magna.

¿Cree que es posible llevar ese mismo esquema de la paridad a otras instituciones u órganos del Estado?

Sí. Me lo habían preguntado hace unos días atrás y creo que dentro de la estructura pública deberían también existir el tema de la paridad, pero no así, quizás, obligar a los privados, porque me hacían la consulta en el mundo privado y ahí quizás es más complejo meterse dentro de la orgánica de las empresas privadas, pero en los organismos públicos, ya sea de elección popular o en los directorios de empresas públicas o de empresas donde el Estado tenga inversión de recursos, creo que debería existir también la paridad al momento de seleccionar a sus altos directivos o ejecutivos.

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María Elisa Quinteros https://www.nuestrascartas.org/es/maria-elisa-quinteros-40-presidenta-de-la-convencion-constitucional-es-independiente-representa-a-movimientos-sociales-constituyentes-y-de-profesion-es-odontologa-epidemiologa-e-investigadora/ https://www.nuestrascartas.org/es/maria-elisa-quinteros-40-presidenta-de-la-convencion-constitucional-es-independiente-representa-a-movimientos-sociales-constituyentes-y-de-profesion-es-odontologa-epidemiologa-e-investigadora/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:06:04 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1746 "Estoy aquí, lo digo de todo corazón y no es para ser cliché, estoy por las generaciones que vienen. Estoy para dejarle esto a mi sobrina, a mi sobrino."

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Entrevista con María Elisa Quinteros (40), presidenta de la Convención Constitucional. Es independiente, representa a Movimientos Sociales Constituyentes, y de profesión es odontóloga, epidemióloga e investigadora.

¿Se imaginó en algún momento de su vida en esta posición?

La verdad que no. Tengo claras mis competencias, mis habilidades y habilidades blandas, pero esto lo veía muy lejano y nunca estuvo dentro de las cosas que yo venía a hacer acá, sino que a representar a mi distrito y a la vez a todo el país a través del cargo, pero claramente a dar respuestas a las demandas de mi distrito. Para mí fue muy sorpresiva la nominación ese día y fue muy grato el reconocimiento a mis capacidades, que sean valoradas, porque yo soy una persona introvertida. Y esta sociedad está muy basada en la extroversión, entonces eso, para mí y todos los que son parecidos a mí, es un avance importante.

¿Este proceso ha cumplido sus expectativas?

En general lo he visto de manera muy positiva. Tengo un programa que fue elaborado por gente de mi distrito, en conjunto, un programa que tiene ciertos pilares, y por ejemplo el día de ayer dimos por resuelto uno que tiene que ver con la naturaleza, así que quedom uy feliz, el enfoque feminista, que también es transversal y me tiene muy contenta. El tema de la ratificación de los derechos sexuales reproductivos de las mujeres, la interrupción voluntaria del embarazo. Veo que al menos en una etapa inicial, todo lo que vine y a las personas que represento, vamos consiguiendo poner en el borrador de Constitución esta línea programática que nos inspiraron y nos tienen acá.

¿Y en lo personal?

Mis expectativas personales están muy ligadas con el mundo social. Es dar respuesta a esta construcción colectiva. Está muy ligado con la pregunta anterior. Vamos de a poquito avanzando, así que estoy contenta por eso y vamos a seguir con todas las fuerzas hasta terminar este proceso.

A la presidenta Loncón se le criticó que parecía tener un liderazgo más simbólico. ¿Cómo califica usted su liderazgo en esta mesa?

Difiero con que era un puesto simbólico el de Elisa. Elisa es una mujer muy inteligente, que tiene mucho trabajo previo, así que no diría jamás eso de ella. Hemos tenido reuniones posteriores donde ella me contó su experiencia, cómo había sido el proceso y no coincido con eso.

Mi liderazgo es un liderazgo más de consenso, de escucha. Es muy intuitivo, desde el sentido común y de dar respuesta a la mayoría de las personas. Tiene que ver con el trabajo colectivo, horizontal, de asambleas, pero también tomando las decisiones desde la cabeza de la Convención. Escuchando a todos e insumando para la toma de decisión, pero las decisiones pasan al final por la presidencia.

¿Cómo conjuga esa relación con el vicepresidente? ¿Cuál es su estrategia para no verse un poco “opacada” por el rol del vicepresidente Gaspar Domínguez, que habla más en las vocerías, por ejemplo ?

Más que sentirse opacada, no pasa por eso. Yo valoro mucho la introversión. Incluso hay una abogada que escribe sobre esto, que habla del valor de las personas introvertidas en la sociedad, en una sociedad que valora altamente la extroversión. Pero eso no quiere decir que las personas introvertidas no seamos importantes dentro de este contexto, sino que hay una relación armónica entre ambos mundos.

Además, todos no tenemos un perfil llano de un tema, sino que somos una mezcla de cosas. Entonces, bueno, Gaspar es muy respetuoso, hemos conversado, él sabe también que las mujeres tenemos que ocupar estos puestos y yo estoy muy feliz con cómo es el vicepresidente, porque permite que ejerza el liderazgo femenino y él facilita todas las vías para ello.

¿Por ejemplo, en qué situaciones?

Si hay uso de palabra, él me dice, por favor, lidera tú este espacio; o él respeta cuando pido que hable; no hay una pelea por figurar, nada de eso, sino mucho respeto por el rol que hay, de presidenta; y él es vicepresidente, que acompaña a la Presidenta. Entonces, él tiene muy claras las definiciones y la importancia de las señales que tenemos que dar para el cambio en la sociedad.

Usted es presidenta de la Convención. ¿Qué imagen cree que le da eso a las mujeres y a las niñas de este país?

Me gustaría tener algo más concreto para dar mi opinión, sería interesante verlo, pero debería ser a posteriori, porque estamos en una situación compleja, con mucha desinformación, entonces eso influye en la percepción. Lo que sí, a mí también me pasó cuando vi a la Presidenta Michelle Bachelet asumir el cargo por primera vez de Presidenta, creo que las figuras de Elisa, o como yo, constituyen una señal a las niñas que vienen, de que las mujeres podemos estar en estos puestos de poder, que son muy importantes, y lo podemos hacer muy bien porque tenemos todas las capacidades para ello.

¿Por qué cree que en ambos casos, tanto con Elisa Loncon como con usted, se eligió a una mujer para encabezar este proceso?

Creo que obedece también a una respuesta de una necesidad de visibilizar el rol de las mujeres y sus competencias en estos puestos. Yo siempre he dicho, no tengo ninguna base para decirlo, pero siento que este milenio tiene que ser liderado por las mujeres, porque hasta antes de esto, la construcción patriarcal nos ha relegado a planos secundarios que tienen que ver con el rol de los cuidados. Y ha sido muy difícil, ha costado muchas generaciones, la inclusión del voto, el trabajo, entonces a través de esta construcción histórica de barreras que se han puesto a la mujer, ahora es tiempo de decir ‘no, ya no existen más, y aquí estamos en igualdad de condiciones entre todas las definiciones de género que existan en una sociedad’.

¿Cuáles son las contribuciones que están haciendo las mujeres en este proceso, a su juicio?

Uno muy importante que tiene que ver con el movimiento feminista previo a la instalación de la Convención es incluir la paridad en este proceso. Hay que recordar que es el único en el mundo que es paritario; y lo segundo es mantener la mirada feminista en todas las normas que se aprueben, o con enfoque de género. 

¿Ha percibido situaciones machistas en su rol como presidenta? ¿Y como convencional?

Sí, incluso, hasta ahora hay todavía, pero no sé si en los compañeros y compañeras constituyentes, pero sí lo veo en redes sociales, hay mucho mansplaining, lo vivimos. Incluso en mi etapa de candidata muchas veces se me dijo que mi discurso era aprendido y que alguien me lo decía o me lo escribía. Y eso claramente es una parte del machismo que se vive.

¿Cómo se combate?

No tengo una estrategia para eso, sino que entiendo que es parte de la construcción social y estamos acá trabajando para cambiar eso. Yo afortunadamente tengo un currículum profesional que avala más o menos que soy una persona que puede pensar por sí misma, que tiene un pensamiento crítico, y no me quedo pegada en eso, porque creo que son cosas circunstanciales, que tienen que ver con cosas más estructurales, de la educación del país, del acceso al internet. 

¿Qué es lo que más la inspira de este proceso?

Estoy aquí, lo digo de todo corazón y no es para ser cliché, estoy por las generaciones que vienen. Estoy para dejarle esto a mi sobrina, a mi sobrino. Lo dije incluso en mi discurso de inauguración del debate constitucional: es más que todo por las generaciones que vienen, y ese compromiso social. Yo he tenido muchas oportunidades de formación y eso se debe a la sociedad, que nos ha brindado esa oportunidad. Entonces consciente de eso, la forma que tengo de retribuir, y fue mi motivación cuando desde mi distrito las organizaciones de medioambiente me pidieron que viniera, hiciera primera la carrera y todo, es eso, es contribuir con lo que la sociedad me ha brindado y yo he aprendido, a mejorar esta sociedad y dejar algo mejor para los que vienen.

¿Le gustaría seguir participando en política  institucional después de esto?

Honestamente, no. Yo quiero terminar este proceso porque pospuse mi carrera académica que había empezado a construir, había recién vuelto a mi universidad después del doctorado. Me gusta mucho la ciencia, la salud pública, la salud pública también es política, y por eso estoy metida acá. Pero tampoco me cierro a eso, porque si me hubiesen preguntado cinco años atrás si iba a ser constituyente, hubiese dicho que no, pero en primera instancia quisiera volver a contribuir. Siempre he pensado en contribuir, pero desde la ciencia. Pero ya que estamos acá y la estructura de poder es mucho más incidente cuando uno está ahí para modificarla… claramente no sé en el futuro, pero no es algo a lo que yo quisiera dedicar mi vida ahora, quisiera dedicarme a la investigación.

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Margarita Vargas https://www.nuestrascartas.org/es/margarita-vargas-52-constituyente-representante-del-pueblo-kawesqar-es-ingeniera-y-activista-en-la-convencion-participo-primero-de-la-comision-de-presupuestos-y-luego-de-la-comision-de-sistemas/ https://www.nuestrascartas.org/es/margarita-vargas-52-constituyente-representante-del-pueblo-kawesqar-es-ingeniera-y-activista-en-la-convencion-participo-primero-de-la-comision-de-presupuestos-y-luego-de-la-comision-de-sistemas/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:03:14 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1742 "La mujer entrega mensajes muy potentes por esa capacidad de diálogo, también aportaron desde comprender y profundizar los derechos que históricamente han sido desplazados por una cultura machista patriarcal, con esas herramientas logran transmitir con claridad cómo defender sus derechos."

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Entrevista con Margarita Vargas (52), constituyente representante del pueblo kawésqar. Es ingeniera y activista. En la Convención participó primero de la Comisión de Presupuestos, y luego de la Comisión de Sistemas de Conocimiento. Fue coordinadora de la Comisión de Participación y Consulta Indígena, y luego de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad.

¿Este proceso ha cumplido con sus expectativas políticas y personales? ¿Considera que pudo cumplir con su objetivo de representar al pueblo kawésqar en la Convención?

Con mis expectativas personales, sí, debido a que mi pueblo kawésqar ha sido históricamente excluido de todo proceso de diálogo democrático. Es un pueblo olvidado y que sufre muchos prejuicios por parte de la sociedad.

Por ejemplo, el tener la mirada de que solo quedamos pocos, es verdad quedamos pocos, pero hay que preguntarse ¿por qué?  Esta práctica recurrente nos da poca cabida en la sociedad, y con un Estado subsidiario que busca solo atender las necesidades y demandas a corto plazo, el Estado no ha sido proactivo ni visionario, por ende estar acá llevando la voz del pueblo kawesqar ha sido positivo, porque nos da una vitrina para mostrarle a la sociedad chilena que somos un pueblo vivo. También hacia afuera, a aquellos países que siguen este proceso histórico, ha permitido mostrarnos como un pueblo  sujeto de derechos, nos ha permitido mostrar nuestra cultura, cosmovisión y nuestra espiritualidad kawésqar, por ende ha sido muy positivo, porque veo que un sector de la sociedad que valora a los pueblos indígenas, gusta de saber de mi pueblo y su cultura.

¿Y desde el punto de vista político?

Desde esta mirada me hubiese gustado que el pueblo kawésqar hubiese tenido más representatividad y no un solo escaño reservado. La fuerza nos engrandece, pero no hubo voluntad política para conseguir más escaños.

Un solo representante nos deja en desventaja porque se podrían haber consensuado más nuestras demandas. Muchas veces tuve que unirme a los colectivos y otros sectores políticos, no me quedaba otra opción. Un voto por supuesto que pesa, pero frente a otros colectivos y escaños reservados fue un factor para tener que acoplarme, aunque muchas veces no estuviese de acuerdo.

En ese sentido, ¿ha tenido alguna dificultad en el trabajo como constituyente? 

Desde que asumí este compromiso sabía que era un tremendo desafío y lo tomé con mucha responsabilidad, dejando de lado todos mis compromisos para poder volcarme de lleno a este trabajo, poniendo en valor al pueblo kawesqar. Y también sabiendo que es un proceso histórico, que por primera vez las primeras naciones se iban a integrar en la tarea de refundar y generar un nuevo diálogo con el Estado de Chile y el impacto que va a tener para las futuras generaciones kawésqar.

Creo que la mayor dificultad fue enfrentar los discursos de odio de un sector de la política que no puede entender el valor y la riqueza de los pueblos originarios y nos insultaron permanentemente, incluso con mentiras recurrentes, permanentes, por ejemplo cuando decían que nos estábamos subiendo el sueldo.

Al principio me costó entender tanta mentira, porque a mí me enseñaron a no mentir, son valores muy marcados que me dejaron mis mayores, pero luego con el correr del tiempo, vi que los convencionales de sectores conservadores de la política lo usaban de manera permanente y empecé a entender su forma de vida, su cultura. Creo que es parte de la estrategia que han usado siempre, mentirle a la sociedad chilena, señalando que todo está bien, pero solo buscan cuidar sus privilegios. Nos trataron de indígenas privilegiados, imagínate que mi pueblo fue brutalmente golpeado, vulnerado en sus derechos de manera sistemática, como lo que pasó en el siglo XVIII, el “zoológico humano”, que es una expresión que usan por los historiadores para hablar de la exhibición de seres humanos que por sus características eran vistos como diferentes, primitivos o salvajes.  

A pesar de aquello, no dudé en ningún momento de que sería una experiencia maravillosa de aprendizaje permanente que nunca olvidaré y seré una eterna agradecida por la confianza depositada de los kawésqar a quienes representé en esta Convención .

¿Qué consecuencias cree que ha tenido la paridad numérica en las dinámicas diarias de la Convención? 

Creo que no afectó para mal, sino que al contrario, le dio valor al proceso, al diálogo, a la interacción y al consenso finalmente la paridad y la equidad en la participación de esta discusión política, que por primera vez se da así, se priorizó la interacción de esa forma. Me parece que es positivo y le dio valor a la comunicación y al resultado del proceso.

¿Qué innovaciones considera que han hecho las mujeres en la Convención?

La capacidad de organizarse y formar un equipo de mujeres con competencias de liderazgo, de organización y de comunicación. La mujer entrega mensajes muy potentes por esa capacidad de diálogo, también aportaron desde  comprender y profundizar los derechos que históricamente han sido desplazados por una cultura machista patriarcal, con esas herramientas logran transmitir con claridad cómo defender sus derechos.

¿Qué momento la inspiró o emocionó más en la Convención?

Me inspira todo lo que aprendí, este proceso dinámico de diálogo y de aprendizaje al haber conocido las distintas culturas que se mostraron en la Convención con la participación de los pueblos originarios. También entender cómo funciona la política, la capacidad de organización en tan poco tiempo, desde ahí pude comprender que se trata de la voluntad de querer avanzar, hacia una misma dirección. Entender que acá está representado Chile con sus diferencias culturales, políticas, sociales y económicas, pude comprender las diferencias y las injusticias sociales en las que, sin un cambio estructural,  la sociedad chilena no va a avanzar, no va a dar la justicia y reparación profunda que el pueblo soberano está exigiendo, los cambios estructurales.

¿Qué mensaje cree que le da a las niñas y mujeres de este país y de América Latina el ver a tantas constituyentes mujeres trabajando en una tarea tan importante como esta?

Seguir trabajando arduamente, sin bajar los brazos, organizarse, hacer alianzas con grupos de mujeres de todo el mundo, sobre todo de América Latina, hermanos y hermanas latinoamericanas, son las mismas injusticias que no han sido atendidas. Me gustaría decirles también que seamos solidarias, tolerantes para desarrollar la fuerza y no renunciar, para no darle en el gusto a la sociedad machista y patriarcal.

En resumen, ¿qué ha podido aprender de esta experiencia? 

Aprendí a comprender las heridas de la sociedad, el dolor ajeno, el compromiso social. Escuché tantos mensajes, las intervenciones de los y las convencionales, que me permitieron desarrollar más mi capacidad de entender a la sociedad y por qué estamos así, por qué hubo un estallido social: por tanta injusticia y las diferencias sociales que hace el Estado de Chile.

Comprendí que por años nos han vulnerado nuestros derechos y hemos tenido que mendigar para avanzar. Te hablo como convencional de un pueblo que ve cómo se apaga su cultura. Y porque hemos esperado tantos años para que se haga justicia, porque la sociedad ha aguantado tanto mal trato.

¿Le gustaría seguir participando de política institucional?

Me gustaría seguir en la medida en que se den las oportunidades, seguir trabajando en avanzar en los derechos indígenas, por supuesto. Y además trabajar arduamente para dejar ese legado que es tan anhelado para los jóvenes, niños y niñas kawésqar, para que se sientan orgullosos de sus raíces.

Me refiero a algunos casos de jóvenes que no están comprometidos, no porque no quieran, sino porque el sistema se dio de esa manera, de habernos sacado de raíz de nuestra cultura e insertarnos en el mundo occidental. Claramente las nuevas generaciones están insertadas totalmente en el mundo urbano, entonces es súper importante seguir trabajando cuando uno tiene la experiencia para poder aportar a dejar un legado a esos jóvenes y al desarrollo de la identidad kawésqar, eso me interesa mucho.

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Manuela Royo https://www.nuestrascartas.org/es/manuela-royo-39-abogada-de-multiples-causas-mapuche-constituyente-independiente-de-movimientos-sociales-constituyentes-y-activista-de-modatima-el-movimiento-por-la-defensa-del-agua-la-tierra-y-l/ https://www.nuestrascartas.org/es/manuela-royo-39-abogada-de-multiples-causas-mapuche-constituyente-independiente-de-movimientos-sociales-constituyentes-y-activista-de-modatima-el-movimiento-por-la-defensa-del-agua-la-tierra-y-l/#respond Fri, 02 Sep 2022 19:00:31 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1738 "No hay que circunscribir las innovaciones, el trabajo de la mujer, solo respecto a paridad, enfoque de género, incluso de aborto, derechos sexuales y reproductivos. En todas las comisiones hemos también permeado la discusión respecto a demandas que son históricas, en particular en materia de justicia."

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Entrevista con Manuela Royo (39), abogada de múltiples causas mapuche. Constituyente independiente de Movimientos Sociales Constituyentes y activista de Modatima, el Movimiento por la Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente.

¿Este proceso ha cumplido sus expectativas? 

Sí, o sea, en verdad como que no tenía expectativas preestablecidas respecto de lo que íbamos a hacer o lograr, más allá de propuestas políticas respecto a nuestras demandas, que representamos, por las que vinimos acá. Pero creo que ha sido un espacio que ha superado las expectativas en cuanto a las capacidades de participación, de incidencia, de trabajo, de articulación, que hemos logrado tener. Y por lo tanto, creo que sí. El hecho de que haya compañeras de MSC y escaños reservados liderando la Convención, que tengamos normas de justicia feminista y paridad ya aprobadas, también nos habla de que hemos logrado ciertos aspectos que como mujeres consideramos relevantes en este proceso constituyente.

¿Qué innovaciones cree que están haciendo las mujeres en esta Convención?

No hay que circunscribir las innovaciones, el trabajo de la mujer, solo respecto a paridad, enfoque de género, incluso de aborto, derechos sexuales y reproductivos. En todas las comisiones hemos también permeado la discusión respecto a demandas que son históricas, en particular en materia de justicia. Hemos establecido la obligatoriedad en el enfoque de género en las sentencias judiciales, también la paridad en los establecimientos de administración de justicia, y además también estamos trabajando por ejemplo en establecer cómo materializamos las obligaciones que tiene el Estado de prevenir y sancionar la violencia de género. 

Esos aspectos nunca habían sido reconocidos en una Constitución, menos en Chile, por lo tanto creemos que hemos hecho una innovación y un aporte muy relevante. Y también muy vinculado a otros temas, hemos hecho innovaciones importantes respecto a temas ambientales, sobre derecho al agua, a la protección de la naturaleza. Somos mayoritariamente mujeres las que estamos sosteniendo estas luchas, por la soberanía alimentaria, por la protección de las semillas, del agua, de las tierras.

Entonces, creo que nos hemos desplegado en distintas temáticas que han permitido llevar adelante nuestras demandas al interior de la Convención.

¿Y en lo simbólico, qué imagen cree que le está dando a las mujeres y niñas de Chile ver tantas otras mujeres en la Convención?

Creo que lo que tenemos que transmitir es que nosotras podemos. Es súper difícil, principalmente para quienes somos mamás, soportar este ritmo de trabajo, habitualmente somos enjuiciadas de que porque una está trabajando tiene a los hijos tirados, es mala madre o mala compañera. Pero acá estamos levantando una lucha que es por todas. Por nosotras, por los hombres también, por las disidencias, las niñas y niños, y lo que estamos también es demostrando que las mujeres que incluso no pertenecemos a la élite o a los sectores que históricamente han detentado el poder, podemos hacerlo, y podemos hacer aporte, podemos construir, podemos hacer redes, vincularnos. Y también podemos trabajar en base como otra forma de organizarnos, de forma colectiva, y creo que también desde el respeto, desde la empatía también, y creo que eso ha sido algo importante. Nuestros liderazgos no son individuales, son liderazgos colectivos, que empapan y enmarcan todo el trabajo de la CC desde la perspectiva de nuestros derechos.

¿Personalmente cómo lo ha hecho, con su hija, que es chica, y teniendo un rol tan importante como coordinadora de comisión y luego en la Com. de Sistemas de Justicia?

No ha sido muy equilibrado, ha sido súper difícil. Nuestros hijos igual resienten el trabajo que estamos haciendo, nos extrañan y es difícil de explicarle a una bebé que lo estás haciendo por el futuro de Chile. Pero al mismo tiempo también el orgullo de sentir que estamos escribiendo la historia y que va a ser una historia mejor para las y los que vienen es también esa fuerza que te obliga a seguir adelante. Es difícil porque uno tiene que levantarse muy temprano para hacer el almuerzo, llevar al hijo al colegio, llegar para acá, trabajar todo el día, tener reuniones, no dormir nada para seguir criando, seguir sosteniendo, pero también para seguir haciendo redes políticas y no excluirnos de eso. Creo que hoy estamos aquí para quedarnos y creo que también hay un aspecto importante que es como, en mi caso he resuelto a partir del apoyo colectivo de mis compañeras, de mis amigas, mi familia, y creo que eso ha sido importante. Que al final la comunidad, quienes tenemos que hacernos cargo de los cuidados de los niños y niñas.

¿Le gustaría seguir participando en política institucional después de que termine esto?

No sé. O sea, por un lado igual no me gusta, porque no me gustan las dinámicas del poder, son difíciles de sobrellevar. Son súper desgastantes emocionalmente, las desconfianzas, mucha violencia política y amenazas, presiones, descalificaciones, son súper habituales. Y no me gusta. Pero por otro lado también siento que en estos espacios se toman las decisiones y que tenemos las capacidades. 

Entonces eso va a depender no de mí sino de lo que el movimiento determine, de lo que necesiten, y si es necesario, hay que hacerlo, pero lo importante son dos cosas: uno, comprender que no es la única fórmula, la institucionalidad, que no vamos a abandonar nuestros territorios, nuestras luchas, la calle ni el campo; pero también es importante que quienes estamos acá podamos entender que esto es un pequeño círculo, que aunque estamos haciendo una Constitución que será para todo Chile, también estamos en un espacio de poder muy reducido y la realidad es mucho más amplia que esto. Hay personas que siguen viviendo en la miseria, que vivimos en un mundo muy violento igual, que hay que cambiar muchas cosas y no porque nosotros resolvamos las cosas acá, va a estar todo bien. Esa es nuestra autocrítica y salir de ese ego de que somos el centro de Chile. Y entender que hay otras formas de hacer política: hay formas críticas de este proceso y que son válidas igual, y todos vamos a estar construyendo desde nuestros espacios.

¿Qué la motiva de este proceso?

Me motiva mucho lograr nuestro objetivo, que es la desprivatización del agua, transformar la institucionalidad, asegurar los derechos de la naturaleza que lo pudimos lograr, también temas importantes, la redistribución de la riqueza, destrabar los autoritarismos que existen en Chile, la justicia. Todo eso son cosas que nos motivan y te dan ese fueguito dentro del corazón para poder seguir adelante, para asumirlo con la responsabilidad que significa y dar la entrega que el proceso requiere.

¿Ha visto machismo en este proceso?

Sí, mucho. O sea, se ven desde los comentarios, te dicen como, he escuchado a convencionales decir «yo entiendo la paridad, pero en órganos técnicos tiene que ser por mérito», Bueno, ¿y acaso no tenemos mérito? O no sé, entre varones se tratan de «profesor» y yo igual soy profesora en la universidad y nadie me dice «profesora». O que una tiene que doble, triple validarse, para que respeten tu opinión. Eso sigue existiendo y sigue existiendo en nuestras casas, en las instituciones, y hay machismo. Pero finalmente creo que eso lo estamos combatiendo con todo nuestro esfuerzo y el trabajo político, el trabajo feminista que se está haciendo.

¿La paridad numérica entonces no ha sido suficiente…?

No, para nada. Entraron por paridad muchas mujeres que no están de acuerdo ni con la paridad. Hay muchas mujeres que tampoco están de acuerdo con el proyecto político feminista y hay muchas mujeres que tampoco se van a sumar a este proyecto: la paridad es una forma de igualar ciertas cosas, pero no va a garantizar per se de más derechos para las mujeres. De hecho aquí quienes son las mayores detractoras de los derechos sexuales y reproductivos, son mujeres.

¿Qué hace falta entonces para garantizar esos derechos?

Eso es lo que estamos haciendo precisamente. No tiene que ver con excluir a quienes piensan distinto, sino demostrar que nuestras posturas son válidas, legítimas, y que somos capaces de construir la fuerza suficiente para mostrar la validez e importancia del respeto y la garantía de nuestros derechos.

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Lorena Céspedes https://www.nuestrascartas.org/es/lorena-cespedes-49-ex-convencional-de-independientes-no-neutrales-es-profesora-de-fisica-en-la-convencion-logro-llegar-a-una-vicepresidencia-adjunta-y-coordinar-la-comision-de-principios-constitu/ https://www.nuestrascartas.org/es/lorena-cespedes-49-ex-convencional-de-independientes-no-neutrales-es-profesora-de-fisica-en-la-convencion-logro-llegar-a-una-vicepresidencia-adjunta-y-coordinar-la-comision-de-principios-constitu/#respond Fri, 02 Sep 2022 18:57:48 +0000 https://www.nuestrascartas.org/?p=1734 "Respecto a mi rol, nunca había estado en política, era algo nuevo y cumplí mis expectativas en el sentido de que dije que iba a hacer todo lo humanamente posible para hacer de mejor manera la tarea. Por eso me enfoqué al 1000% y me siento conforme con eso, duermo tranquila en la noche porque hice todo lo que podía hacer."

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Entrevista con Lorena Céspedes (49), ex convencional de Independientes No Neutrales. Es profesora de física. En la Convención logró llegar a una vicepresidencia adjunta y coordinar la Comisión de Principios Constitucionales, a pesar de no pertenecer a un partido político. Participó también de la Comisión de Normas Transitorias y previamente de la Comisión de Presupuestos.

¿Este proceso cumplió sus expectativas?

Sí, las cumplió. Como era un proceso inédito, no tenía tan claro qué iba a ocurrir. Cumplí las expectativas en el sentido de que se completó en el tiempo, plasmamos la gran cantidad de las ideas que estaban detrás como colectivo. 

Respecto a mi rol, nunca había estado en política, era algo nuevo y cumplí mis expectativas en el sentido de que dije que iba a hacer todo lo humanamente posible para hacer de mejor manera la tarea. Por eso me enfoqué al 1000% y me siento conforme con eso, duermo tranquila en la noche porque hice todo lo que podía hacer.

¿Le costó meterse en este mundo que era tan político, viniendo del mundo de los independientes y de una profesión no política?

Me costó siempre, porque mi forma de trabajar y ser es muy distinta a como funciona la política tradicional y eso creo que chocó mucho con políticos. Las primeras semanas estaba sorprendida de cómo se manejaban las cosas, de cómo los políticos más experimentados hacían sus gestiones. Me sorprendí mucho de esa negociación, de esas idas y vueltas, que no son lo normal para mí por mi forma de ser.

A lo largo de la Convención me complicó, creo en esa forma de hacer política y relacionarse, y con algunas personas no tuve ningún problema. Con Rodrigo Álvarez fue muy bueno porque mi forma de ser es directa, transparente y sincera. No doy vueltas. Y eso con la mayoría de la derecha anduve muy bien, como que les agradaba ese modo, pero tuve muchas dificultades con algunos grupos de izquierda, más que nada el Frente Amplio y con algunos escaños.

¿Pero se sintió conforme con el rol que tuvo?

Sí, súper conforme. Ocupar la vicepresidencia me dejó conforme dentro de todo lo que pude hacer. Me sentí súper satisfecha además de poder ser un puente, poder conversar, fijarme lo que ocurría y tratar de generar puentes de comunicación, eso es lo que traté de hacer.

¿Cómo cree que impactó la paridad de género en el proceso?

Creo que tiene algunos impactos muy positivos, por ejemplo el instalar discusiones que quizás no se hubiesen instalado sin la paridad. Recuerdo el primer mes en el que estábamos viendo el reglamento de asignaciones, que había un tremendo grupo de hombres y algunas mujeres que no sabían lo que significaban las labores de cuidado. Quizás en otra CC, donde las mujeres fueran minoría, no hubiese sido un tema relevante y no hubiésemos terminado el proceso con todos los constituyentes conscientes de qué significan las labores de cuidado. 

Sobre las dinámicas, siento que en el éxito en los plazos y en cumplir las tareas, hay una estructura asociada más a las mujeres que creo que ayudó. Algo sobre la presencia de mujeres es que muchas mujeres que ya estaban en la política,  algunas que entraron o están entrando hace algunos años, eran mucho más bestias, más agresivas, más fuertes. 

¿En lo político o en las formas?

En todo. En las formas, en lo político también, de repente exacerbar distintos aspectos del trabajo político. Yo lo puedo entender desde la perspectiva de que, como es un espacio de pocas mujeres, las pocas que llegan tienen que llegar como «pasadas» para que se igualen las condiciones respecto a los hombres. Pero también creo que no fue algo tan bueno en el sentido de las relaciones que se generaron, especialmente entre mujeres, y algunos tratos, creo que no fueron los adecuados.

¿Como qué, por ejemplo?

No sé,  el chat feminista por ejemplo era muy poco sororo. El grupo de las convencionales feministas, que debía ser el más sororo, era el menos sororo. Con descalificaciones si es que alguien votaba contrario a lo que un grupo esperaba.

Creo que el manejo del poder de algunas mujeres también estuvo teñido de un cierto autoritarismo, como que lograron el poder y lo manifiestaron de una manera más autoritaria que colaborativa. Ejemplo, el liderazgo de Elisa Loncon en los primeros seis meses fue complejo por su forma de ser.  El liderazgo de María Elisa es como al revés de Elisa, pero también tiene ese sello de no tener la experiencia política. 

El liderazgo de alguien que sí tenía experiencia, por ejemplo, Beatriz Sánchez, en la comisión de Principios, fue muy complejo, fue también muy autoritario. La comisión casi completa no estaba muy conforme.

Tú empiezas a ver que esas personas, que son de experiencias y formas distintas, ninguna tiene un éxito completo dentro de su liderazgo. Eso habla un poco de las falencias a nivel del género, de la falta de mujeres en espacios de poder. Por otro lado, también yo viví un cierto sesgo de mirar como menos a las mujeres. 

¿Por qué, en qué lo vio?

En cosas cotidianas. Por ejemplo el grupo de poder del Colectivo Socialista, que validan menos hablar con una mujer que hablar con un hombre. Pero por un tema cultural, arraigado. 

Daré un ejemplo bien notorio: yo soy súper directa para decir las cosas, lo cual me generó muchos enemigos. Peleo lo que creo correcto y no tengo miedo a ir de frente a las cosas. Tammy Pustilnick es igual, es súper sincera, directa, pelea lo que creo correcto. Muchas veces hablamos con ella y decimos… “somos iguales”. Pero yo le decía, a mí me odian. Me odia el Frente Amplio, muchos socialistas, los pueblos originarios. 

Y me dice, “pero yo soy igual”. Y yo le digo: “pero hay una diferencia. Tú eres abogada, tú eres alta, rubia, de ojos claros, y eres Tammy Pustilnick, no eres Lorena Céspedes. Eres mujer y además eres directa y todo eso, pero tienes favor todas esas otras cosas”, desde un ámbito social o de validación y eso creo que sí se vivió en la CC. No es que hayan sido completamente discriminatorias las relaciones, pero hay un dejo de todo eso.

¿En qué más lo notó?

Por ejemplo, los mismos medios. Si revisas las entrevistas que salen… sé que hay una intención de la paridad, se notaba, pero las entrevistas típicas eran Jaime Bassa, Pedro Muñoz, Daza, Atria. El micrófono perseguía más a los hombres que a las mujeres. Socialmente hay una validación desde el ámbito político más centrado en los hombres. Es más noticia que salga un hombre diciendo tal o cual cosa, a que salga la mujer diciendo lo mismo. 

¿Si esta experiencia se pudiera hacer de nuevo, cree que algo se podría cambiar para generar que tanto mujeres como hombres tengan una participación un poco más equitativa?

Yo creo que las condiciones estaban para que la participación sea equitativa. Pero hay que considerar que las labores de cuidado de las mujeres igual dificultaban más el trabajo de las mujeres que de los hombres.

Tú puedes generar las condiciones, pero hay un tema cultural tan profundo que no veo que sea fácil ese cambio. De hecho, lo que tratamos de hacer en la Constitución fue instalar elementos que permitieran que en 50 años más, si tenemos una nueva Constitución, ya casi no sea necesario tomar resguardos paritarios. Ahora, no solo se trató de la paridad. También fue muy impresionante ver las distintas discriminaciones de clase dentro de la Convención.

Nada súper intenso, pero sí… el hecho de que la Tía Pikachu tuviera menos valoración por ser la Tía Pikachu, con menos educación, menos éxito profesional que otra persona. Y eso se nota, se ve y lo viven las personas. 

¿Pero le gustó la experiencia? ¿Le gustaría seguir participando de este tipo de instancias?

Es difícil. A corto plazo, no. Si tú me dices, ¿lo volverías a vivir? Sí. Si me dicen si quiero ser de nuevo convencional creo que diría que sí, porque lo que aprendí, lo que vivimos, la responsabilidad, el logro, es increíble. Es muy potente, importante. Pero la vivencia política, esa política que yo creo que sí terminó siendo una política antigua, la clásica política, la encuentro un asco. 

Entrar a otro cargo de representación popular, en algunos años más, cuando me recupere. Porque por otro lado uno dice, “si siguen los mismos de siempre, sabemos lo que hacen”. De hecho ahora me cuestiono mucho de por quién voy a votar en el futuro, ahora que conocí el espacio interior.

Finalmente, ¿cuál fue el momento más significativo para usted en la Convención?

Fueron muchos. Creo que el haber terminado las comisiones, cuando terminamos las comisiones fue muy emocionante. Los términos de todas las cosas. La tarea lograda. Eso es algo que me satisface y emociona profundamente. Recordar lo que nosotros queríamos y ver lo que resultó,  es muy emocionante. Lo otro que me emocionó mucho fue leer el texto cuando estaba armonizado y ver la coherencia que tenía. Se logró plasmar un sentido a lo largo de todo.

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